Hoy sólo me queda de ti
un tonto bastón desastrado,
un par de dibujos de mano boba
y una agenda absurda con extraños
teléfonos,
que el sentimiento y el tiempo han
olvidado.
Hoy sólo me queda de ti
pocos recuerdos mezclados,
que se empeñan en seguir huyendo de
mi,
que abandonan mi ser
y me dejan un cuento recortado.
Hoy sólo me queda de ti
arrancadas flores que caen al río, un
par de veces al año,
escasas lágrimas que poco vuelven,
y algunas risas que aun resisten
aunque ya no son las de antaño.
Hoy sólo me queda de ti
algún gesto en mi propio andar,
y un puñado de recuerdos ajenos,
que saben gratamente sorprenderme
en boca de algún familiar.
Hoy ya no me quedan de ti
muchas cosas para guarecer entre mis
brazos
sólo recuerdos y algunas señales,
que lejos de ser inmortales,
se escapan con el viento, haciéndose
pedazos.